°oO° Más Leyes °Oo°

LEY DE KEN.

Una partícula que se desplaza, buscará el ojo más próximo.

Realmente cierto… nunca les ha tocado cocinar pescado? Eso ya se ha convertido en una ley física: no importa en qué posición se coloque ud. o en qué dirección exprima el limón, el jugo de éste siempre hallará la forma de terminar en su ojo. Está comprobado… así que no gasten energía en tratar de cambiarlo… les digo para que no pierdan su tiempo… lo he intentado… sin caso… otro ejemplo de algo parecido a esto es la relación charco/ropa blanca o nueva… díganme por favor que esto nunca les pasó… Y NO VOY A CREERLES! Es casi imposible ir caminando feliz por la calle porque estamos estrenando ese pantalón nuevo (y peor cuando es BLANCO) y que no pase algún inconsciente a alta velocidad por ese charquito de agua que veníamos mirando de reojo y haciendo notas mentales: que feo charquito, que feo charquito… y sí, tenía que pasar por ahí el auto y salpicarnos hasta la conciencia… y no importa cuán alto vociferemos calumnias contra él, su familia, y sobre todo, su madre, él sigue conduciendo como si no existiésemos… actitud a adoptar frente a esta situación: contar hasta 10… y esperar que se le pinche una goma en el medio de la nada… claaaro… qué creían… que se iba a salir con la suya así nada más?? Nooo… no soy tan buena gente… qué importa el karma y el cristianismo… espero que ese malparido la pase mal… sí… y el que diga que nunca quiso casi venderle su alma al mismísimo demonio con tal de que le pase algo terrible… está MINTIENDO… o tal vez en verdad es buena persona… felicitaciones… vas a ir al cielo.. no como el 98% restante de la población… otra relación que podríamos citar sería la ya tan reconocida: salsa de tomate/camisa blanca o traje nuevo o corbata nueva o lo que sea que nosotros apreciamos y que ODIARÍAMOS que se arruinara… es indiscutible que cada vez que comemos esos ricos, pero peligrosos, fideos con salsa, o esa pizza casera que cocinó mamá desbordante de salsa, o esos ñoquis en los 29… sí, cuando vemos ese plato nuestra mente nos dice: no te acerques con tu camisa blanca nueva… pero nuestro sentido aventurero nos indica lo contrario… y allí vamos… mirando fijamente el plato, con mirada amenazadora… esta vez no me vas a agarrar… pero, cuando estamos a punto de dar ese bocado que tanto esperábamos… plick, plick… y en cámara lenta miramos hacia abajo: NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO mi camisa nueva!!!! Y la •E&$/&$%/$ •&•$/$/ de la grandísima •/$&(%&()%. Es la vida señores… no se puede evitar…

LEY DE ALLEN

Casi siempre es más fácil entrar que salir.

No sé si todos los lectores alguna vez han tenido que viajar en un colectivo en Buenos Aires… para los que saben, lo que a continuación se describe no es más que un relato vívido de lo que nos toca vivir a los pobres que tenemos que usarlo… en principio tenemos que observar el fenómeno llamado "la interminable fila". Sí, este fenómeno se manifiesta en algunas líneas más que otras, a saber: 60 (cualquiera de los 500 MILLONES de ramales que tiene, el 152, el 92, el 114, el 80… y así podría seguir nombrando líneas, porque en realidad el problema es que en esta ciudad hay TANTA gente, que cualquier colectivo que se tome siempre va hasta la coronilla de gente… y lo peor es que mucha de esa gente no siempre se baña… y sí… y también tenemos al señor que habiendo estado 9 horas en una oficina, tomó café más de la cuenta y fumó demasiados cigarrillos… y es justo el UNICO que tiene problemas para respirar, entonces respira por la boca… y nosotros al lado… ay Dios… esto me ha pasado gente… nada agradable… pero volviendo al tema de discusión… los colectivos se llenan tanto que la gente literalmente va colgada. Y les aseguro que esto es cierto. Estando en Martínez en la autopista, vimos un 60 con una persona que literalmente iba colgando del colectivo… porque era tanta la cantidad de gente que no tenía espacio para subir… como decía, la odisea comienza mientras esperamos el colectivo, como ya mencioné. Luego nos toca subir… otra lucha… y después nos encontramos con nuestra enemiga: la máquina expendedora de boletos… y sí, la dificultad para meter las monedas de 10 centavos es proporcional a la cantidad de gente súper apurada por subir al colectivo que tenemos detrás de nosotros… y cuanto más rápido queremos meterlas, menos podemos hacerlo.. y allá va la monedita.. al piso… por supuesto es imposible levantarla, por lo que tenemos que buscar dentro de la cartera el monedero (otra odisea más para las mujeres… al menos las mujeres como yo que lo único que no llevan dentro de la cartera es comida)... una vez que logramos divisar el monedero, comenzamos a buscar esa monedita… y las que podemos encontrar son de 5 centavos (iguales a las 10 en tamaño)… a todo esto hay una señora (por no llamarle vieja rompebolas) que resopla y nos dice "y???? te falta mucho nena????" y es en esos momentos en que me gustaría poder olvidarme de la educación que me dieron mis padres… logramos poner las moneditas y cuando perdemos de vista la máquina para concentrarnos en el resto del colectivo, vemos que está tan lleno que a la gente le cuesta respirar… permiso… gracias… permiso… gracias… perdón, no fue mi intención pisarlo y clavarle el paraguas… y divisamos a lo lejos un "lugar"… nos dirigimos a él y cuando estamos por llegar, la gente empieza a movilizarse porque tienen que bajarse… lo que nos hace volver de nuevo sobre nuestros pasos sólo para comenzar de nuevo una vez que los pasajeros hubieron descendido. Después de haber pasado 45 minutos parados, nos toca bajar. Y la secuencia permiso-gracias-perdón vuelve a repetirse… nos acercamos lo suficiente al timbre, tocamos, y la parada de acerca, pero nosotros no a la puerta.. y comienza la cuenta regresiva al "momento por favor" dirigido al conductor para evitar caer rodando en la calle porque el conductor no esperó a que lográsemos bajar… el bajar del colectivo es muy parecido a apretar un durazno para que salga su carozo: salimos haciendo "ploc!"… algo parecido a nacer… y volvemos al mundo… sólo para encontrarnos con que el lugar donde nos dirigíamos está plagado de gente… y el ciclo comienza nuevamente…